Nuevo ejercicio de equilibrismo en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante un mediocre rival que vagabundea por las zonas tibias de la tabla clasificatoria. Se rozó el drama cuando los de blanco notaron la pesadez en las piernas después del partido inter semanal y tras la penosa actuación de los muchachos que salieron desde el banco. Los fallidos recambios (otra vez) sirvieron para el Almería volviera a la vida y casi saboreara la machada.

Pero lo único destacable tras pasar el filtro de la crítica es que el Sevilla fue mejor, finalmente se llevó los tres puntos y mantiene números históricos en la competición doméstica. Aún así se mantiene el tenso ambiente en el estadio sevillista, la cosa está como para incluso poder cortarse con un cuchillo. Las fases de silencio absoluto por las que atravesó el choque dejan bien a las claras el sentir del aficionado.

Por suerte el club cuenta con diversos jugadores de clase mundial. A los Frédéric Kanouté, Andrés Palop o Jesús Navas está a punto de unirse un aceptable escudero que responde al nombre de Diego Perotti. Un escuálido argentino del filial que va camino de pelotero de los grandes, habrá que tener paciencia y dejar que el chico recorra su camino poco a poco. Nada de prisas.