La brecha abierta con el inmediato perseguidor se va cerrando, pasa de cuatro puntos a tan solo uno. Dos ocasiones derrochadas vulgarmente, la primera para ampliar las distancias y la segunda para mantenerlas, Racing y Sporting respectivamente. La situación obligaba a que Manolo Jiménez tuviera que hacer cambios, el Athletic espera el miércoles con los dientes afilados, y el resultado negativo deja bien a las claras que hay jugadores que no tienen nivel para vestir la elástica del club más potente del sur de España.


Aún así la cosa prometía tras parar Palop una pena máxima y el rival quedarse nuevamete con uno menos. Pero el Sevilla regaló 45 minutos y cuando en la segunda parte quiso reaccionar se vió impotente ante la encerrona que Preciado había urdido en el descanso. El juego brusco, las pérdidas de tiempo, y la misteriosa desaparición de los balones hicieron que los muchachos que ayer vestían de negro se volvieran para casa sumando su segunda derrota consecutiva en Liga.

En un par de días vuelve la Copa con la visita de un Athletic que no puede estar más motivado y en mejor momento que el actual. Llegan los vascos con la moral por las nubes después de hacer grandes partidos e ineresantes remontadas de la mano de un Fernando Llorente que pasa por ser uno de los arietes más en forma del campeonato. La película que veremos en el Sánchez-Pizjuán no la saben ni los mismos protagonistas.