La historia de un jugador peculiar, tanto como lo es que un futbolista italiano debute como profesional en la Premier inglesa, dos competiciones radicalmente distintas en todos sus aspectos. Un hombre que llegó sin levantar ningún revuelo, como uno más, un desconocido, y que conocía la gloria de la mano del Sevilla FC hasta el punto de ser uno de los tipos importantes tanto dentro del vestuario como en el mismo rectángulo de juego.
Enzo Maresca nace en la italianísima Salerno hace 28 años, y pasaría por las categorías inferiores del AC Milan y del modesto Cagliari antes de que el West Bromwich Albion británico se hiciera con sus servicios en 1998. Allí se curtiría durante dos temporadas llamando la atención de la poderosa Juventus de Turín, que lo contrataría a la temprana edad de veinte años. Comenzaría así para Enzo todo un carrusel de entradas y salidas del conjunto juventino.
Intercala temporadas en las que comparte vestuario con Del Piero, Nevded o el propio Zidane, con cesiones a otros clubes como el Bolonia, Piacenza o la Fiorentina. Sin embargo no sería hasta 2005 cuando se asentaría definitivamente en un club, el Sevilla, en el que ya suma con esta su tercera temporada consecutiva. Monchi fija sus ojos en un semi desconocido mediocampista italiano que jamás ha gozado de continuidad y estabilidad con anterioridad, este sería el acompañante definitivo de Pep Martí.
Aterriza en el verano de 2005, como ya hemos dicho, y esa misma temporada levanta con sus brazos una Uefa Cup y posteriormente varios trofeos nacionales e internacionales más con la camiseta del Sevilla FC. Recientemente renovado hasta el año 2011, Maresca adquiere tal grado de jerarquía dentro del plantel que ha sido elegido como uno de los cuatro capitanes del equipo. Todo un carácter este italiano que poco a poco se va ganando cada vez más a la mayoría de la masa social sevillista.
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