Corría el verano de 1998 y el Sevilla de Fernando Castro Santos se preparaba para su segunda temporada consecutiva en la categoría de plata del fútbol español. En aquella plantilla de finales de los 90 en la que figuraban nombres como Corona, Cordón, Ratkovic, Tsartas, Rokki, Molnar, Paco Leal o Monchi, sobresalía un jugador por el que tiraron la casa por la ventana pagando unos 500 millones de la época. Más que nada sobresalía por lo alto, ya que media 1'90 cm de altura.

Estamos hablando de Igor Gluscevic. La temporada anterior, el Extremadura de Almendralejo ascendía con varias semanas de antelación gracias a la inestimable ayuda de un delantero centro montenegrino "tipo tanque" que sumó un total de 24 goles y se alzó así con el trofeo al máximo goleador de la categoría.

Un Sevilla necesitado y asfixiado por las deudas se veía en la obligación de retornar a Primera División, y para ello los gerentes del club no dudaron en invertir lo que no tenían para hacerse con sus servicios. A pesar de que finalmente se consiguió el objetivo, el fracaso de Gluscevic que tan sólo anotaría 6 goles en 30 partidos lo llevó a abandonar la disciplina blanquiroja.

Pasada casi una década desde la aventura sevillista de Gluscevic hoy tenemos nuevas noticias del gigante valcánico. La noticia es que hemos conocido que Igor sigue aún en activo. Tras abandonar el club de Nervión fichó por el Aris de Salónica griego, para posteriormente emigrar a países tan dispares como Holanda, Portugal o China. Hoy día cumple su segunda temporada en el Heracles Almelo con el que ha conseguido 2 goles en 12 partidos jugados.

El bueno de Igor Gluscevic... todo un trotamundos del fútbol.