La ambición y el afán de superación que acompañan al Sevilla FC desde hace ya varios años siempre han dado resultado al club de Nervión. Esa presión ejercida con inteligencia sobre jugadores, técnicos, directivos e incluso afición le han dado mucho a un equipo que se sitúa hoy día entre los más grandes de España y de Europa. Pero este año la cosa pinta de otra manera y el discurso debe cambiar.

Por mucho que Del Nido aprite las tuercas y siga exigiendo el objetivo Champions, el Sevilla se encuentra sin duda en uno de esas temporadas llamadas de transición, es ley de fútbol. Un equipo no puede mantener durante un período de tiempo tan exagerado el mismo nivel de juego y resultados a lo largo de tantas temporadas. Tan sólo los dos grandes de España, e incluso el Valencia si me apuras, han sido capaces de acercarse a lo conseguido por el club hispalense.

El Sevilla es, junto con Real Madrid y Barcelona, el único equipo de España que lleva la friolera de cuatro temporadas consecutivas metiéndose en Europa. Todo ello decorado con cinco títulos nacionales e internacionales, algo inalcanzable para la mayoría de equipos del mundo del fútbol. Es correcto ser exigente e irritarse sobre todo cuando uno se acostumbra a lo bueno, pero para pitar o insultar a estos jugadores hay que estar muy seguros y echar la vista atrás para ver todo lo que han dado al Sevilla FC.

Quizás el objetivo debe ser el mismo, pensarán otros, ya que la segunda vuelta sólo acaba de empezar. Pero el irregular juego que presentan los de Jiménez no parece muy propicio para que el Sevilla llegue a puestos Champions.