Domingo 28 de octubre, noche de fútbol en Nervión, una de esas jornadas que gustan por la capital de hispalense.
Un Sevilla FC golpeado sin piedad por el destino, sin compasión, a traición. Pero el peor error que se puede cometer nunca es golpear con furia a un gigante, y no acabar con él. Eso es lo que están haciendo con el Sevilla, maltratarlo, azotarlo... incluso hacerle caer de rodillas al suelo.
Un Sevilla FC golpeado sin piedad por el destino, sin compasión, a traición. Pero el peor error que se puede cometer nunca es golpear con furia a un gigante, y no acabar con él. Eso es lo que están haciendo con el Sevilla, maltratarlo, azotarlo... incluso hacerle caer de rodillas al suelo.
Pero a este gigante aun le queda un soplo de aire, el último.
Este coloso blanco y carmesí armará su puño, con más fuerza que nunca, confiará todas sus fuerzas en ese golpe. Y no fallará, dará de lleno en el blanco, donde más daño hace, en el sitio justo para dejar sin conocimiento a quien ose postrarse frente a él... quien sea, da lo mismo.
Le sobrará tiempo para levantarse, recobrar fuerzas de donde nadie las encontró, de donde no las hay... y demostrar al mundo entero que no existe ser alguno capaz derrocar al Más Grande.
Esta noche, un sólo grito se oirá.
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