On 2 jul 2010 0 Comentarios

El tipo que lo sabe todo de Paraguay, Antonio Fernández, trabajó seis años con Monchi en el Sevilla en un período en el que llegaron jugadores como Daniel Alves o Baptista. Ahora hace de 'espía' para La Roja.

Antonio Fernández Marchán (Jerez de la Frontera, 1970) es, junto a Paco Jiménez, responsable de los informes que maneja Vicente del Bosque para preparar los partidos y realizar las convocatorias. Además de desmenuzar el juego de los rivales, durante los dos últimos años ha mantenido un exhaustivo control sobre el grupo de unos 50 futbolistas del que ha salido la convocatoria para este Mundial.

Casado hace 14 años con Ana Eva, padre de Paula, una niña de 11 años, la historia de Fernández empieza en el fútbol modesto, en el Guadalcacín, donde a los 21 años se convirtió en el presidente más joven de España, cargo que compaginó con el de entrenador. Su segundo equipo fue la UD Rota, donde apenas trabajó unos meses: en diciembre de 2000 Monchi le fichó para el Sevilla y durante seis años trabajó en la secretaría técnica de un club que conquistó los éxitos más grandes de su historia. De ahí pasó al Xerez, pero el club era un desastre y se marchó. Le llamó entonces el Valencia y pensó que iba a encontrar estabilidad, pero fue el año de Koeman en el banquillo y, aunque se ganó la Copa, encontró un lugar convulso, donde sacar adelante un proyecto resultaba imposible. En el verano de 2008, mientras decidía si se iba a Tottenham con Juande Ramos o se embarcaba en una aventura italiana para trabajar en el Inter, recibió la llamada de Fernando Hierro y no se lo pensó. Y ahí está.

No le gusta ser señalado como responsable de los fichajes del Sevilla porque sostiene que quien pagaba era Del Nido y la cara la ponía Monchi por todos. Pero hay algo que no se le podrá negar nunca, porque así lo quisieron las circunstancias: si Alves llegó al Sevilla es porque él se la jugó. Le descubrió en el torneo sub 20 de Alcúdia, cuando todavía tenía 18 años, y dos años después volvió a verle en un Sudamericano sub 20 en Uruguay.

"Monchi confió en mí, porque no había opción de que viniera a verle alguien más. Era cuestión de horas", explica. Del Nido no estaba tan seguro y si no le llamó 15 veces para preguntarle si de verdad la operación valía la pena, no llamó ninguna. "Yo estaba seguro, convencido de que habíamos encontrado a un jugador diferente", explica. Costó 750.000 euros por el préstamo de año y medio y el Sevilla añadió 1,5 millones para ejecutar la opción de compra.

Aquella salió bien, pero otras no cuajaron y el Sevilla perdió a jugadores por el camino, pero Fernández ganó a un amigo porque dicen que además de ojo para esto, es muy buena gente. Con el chileno Mark González tiene una sólida amistad desde hace años, como sucede con el uruguayo Sebastian Fernández; o con De Jong, jugador del Manchester City y titular de Holanda, que estuvo un fin de semana en Sevilla y cuando ya estaba todo pactado, su padre se puso malo y fichó por el Hamburgo para estar más cerca de Amsterdam; o Van Persie, que durante un fin de semana en Rotterdam les obligó a cambiarse tres veces de hotel para terminar en el Arsenal. Luis Fabiano, Baptista y Renato llegaron a Sevilla con el aval de quien, a día de hoy, mejor conoce a Paraguay, rival de España en los cuartos.

"Es como Chile, pero 15 metros más atrás y no tiene nada que perder", avisa el espía de Del Bosque, que empieza el informe con conceptos generales y lo termina detallando los movimientos de cada jugador rival y, por supuesto, la estrategia. "Será complicado, extremadamente incómodo y correoso. Tienen oficio, jugadores que militan en Europa y en México", asegura Ferández, uno de los más interesados, junto a Paco Jiménez, en que España llegue a la final: será el único partido que pueda ver; el resto siempre le han pillado, o le pillarán, espiando a los posibles rivales.


arrow Vía | ElPais.com

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