Quedan dos jornadas de Liga. No, no se trata de un error, de las tres fechas que quedan para la conclusión de la temporada hay que descontar una. En la miniliga que se inicia mañana entre Mallorca y Sevilla, ambos equipos se deben olvidar por completo de los puntos frente a Real Madrid y Barcelona, respectivamente. El calendario en esta carrera de corta distancia es muy similar para ambos equipos, aunque los baleares comienzan con una ligera ventaja de dos puntos. Hasta la noche del domingo, a eso de las 21:30, el Sevilla FC volvía a depender de sí mismo para alcanzar el objetivo, pero la victoria inesperada de los bermellones en Bilbao ponía de nuevo emoción al asunto. Las cuentas que el sevillismo lleva haciendo desde hace bastantes semanas están ahora más claras que nunca, y pasan ineludiblemente por ganar en Santander y en Almería. Todo lo que no sea eso, no servirá de nada.

Si se dan las cosas de este modo, el Sevilla sumaría 63 puntos, por lo que obligaría al Mallorca a ganar también sus dos partidos para aguantar la cuarta plaza. Por su parte, los de Álvarez deben rezar para que los isleños pinchen bien en Coruña ante el Depor, o en su propio feudo ante el Espanyol en la última fecha. Si el Mallorca no consigue vencer en una de estas dos jornadas, el Sevilla sumando esos seis puntos podría empatar a puntos con ellos e incluso superarlos en un dígito. Las conjeturas son ya rotundas, no hay prácticamente otras posibilidades. Suponiendo que la lógica de toda la temporada se imponga y los dos grandes del campeonato logren vencer siempre, lo que tendría que hacer el Sevilla para adelantar en el sprint final al Mallorca es lo siguiente: vencer el miércoles al Racing y en la última jornada al Almería; esperar que el Mallorca pierda/empate en Coruña el domigo o en su casa contra el Espanyol en la última jornada.

En definitiva, hay que aguardar a que el Mallorca no sume seis puntos de los nueve que aún quedan en juego. Repetimos, los de Manzano no deben sumar seis puntos, y el Sevilla sí debe sumar esos seis puntos. No hay otra salida.