On 8 dic 2009 0 Comentarios

Alguien debería explicar a los jugadores lo que hoy día significa para la inmensa mayoría de equipos rivales una visita al Ramón Sánchez-Pizjuán, algo muy parecido a disputar un partido en el Camp Nou, San Siro, Old Trafford o Anfield. Enfrentarse a uno de los equipos más potentes de la vieja Europa en su propio feudo supone un plus de motivación para el 90% de los equipos de la Primera División española. Mientras que esto no sea comprendido por los que saltan al campo con el escudo del Sevilla FC en su pecho, cualquier contrario por muy mediocre que sea (con todos los respetos), tendrá una ligera ventaja para hacer saltar la sorpresa.

Muy Deficiente

Ya en esta misma temporada han sido muchos los partidos que se han ganado literalmente andando, sobre todo lejos de casa, pero cuando uno actúa ante su propio público debería imprimirle un punto más de esa velocidad que hace letal a este equipo. La relajación no es algo puntual, la cosa viene de lejos, partidos como ante el Stuttgart o el Málaga son un perfecto reflejo de lo sucedido en última instancia frente al Valladolid. Algo a lo que habría que poner remedio antes de que se pase de la sorpresa al sorpresón, y un cualquiera moje la oreja de manera contundente al Sevilla. El problema es claramente de motivación, una cuestión que debe modificarse cuanto antes si realmente se pretende hacer algo grande esta campaña, pero hay otros factores decisivos.

Poco a poco el equipo comienza a sufrir el mismo mal que el anterior ejercicio, el centro del campo no se sostiene, no está equilibrado. Quizás estemos hablando de una de las zonas más pobladas en cuanto a efectivos, pero si analizamos punto por punto nos daremos cuenta de que al mismo tiempo se trata de una de las parcelas más débiles:

Lolo: cargado de ganas, fuerza y pundonor, lamentablemente el canterano no se encuentra capacitado para comandar desde atrás a un equipo Champions como el Sevilla.
Fazio: un central reconvertido a centrocampista, con una lesión crónica de tobillo (ni está, ni se le espera) al que jamás se ha visto rendir mínimamente como medio centro.
Romaric: bastante calidad en su zurda, pero poco o nada profesional fuera del campo y con un físico que le impide competir al nivel que se exige.
Duscher: fichado como parche la pasada campaña y finalmente vital, un aceptable recambio para partidos menores.
Renato: llamado a ser el cerebro del equipo, llegada arriba y gol, su edad y su cada vez mayor intermitencia descabezan en ocasiones al conjunto.
Zokora: f-u-n-d-a-m-e-n-t-a-l… la Copa África supondrá una particular catástrofe en Nervión.

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