Es hasta cierto punto comprensible y perdonable lo sucedido en la lejana Rumania, una derrota que siempre debe ser criticable en un club como el Sevilla, pero que globalmente viene a suponer lo mismo que una picadura de mosquito. Por el contrario para el Unirea supuso el hito más deslumbrante de su modesta historia, un éxito que les llega tras un gol que ni siguiera consiguieron ellos mismos. Ya en la entrada anterior advertíamos sobre el posible desenlace de los acontecimientos, lamentablemente al final se cumplían los presagios más pesimistas. Algo que al equipo le supone el no obtener 800.000 euros más y la necesidad de esperar a la última jornada para ratificar la primera plaza del grupo.

Es tan grande el crecimiento del Sevilla FC en el último lustro, que los tropiezos vienen a suponer este tipo de nimiedades. La vista ahora debe estar fijada en lo realmente importante, que en estos momentos no es otra cosa que el choque ante el Málaga del próximo sábado. La oportunidad de asaltar la segunda plaza del campeonato vendrá brindada por el enfrentamiento directo entre Barcelona y Real Madrid. Aunque pueda resultar simplemente anecdótico, puesto que nos encontramos en fechas tempranas, siempre es alentador verte prácticamente en la cima. Si por alguno de los dos colosos tuviera que decidirse este Hablador, sin duda lo haría por el conjunto merengue. Ni mucho menos por afinidad, nada más lejos de la realidad, simplemente demuestra ser un rival más irregular y accesible que los catalanes.

Pero todo pasa por doblegar previamente a una escuadra malacitana que llegará a Nervión con la etiqueta de farolillo rojo de la categoría. Un equipo entrenado por un técnico muy cuestionado, al que un resultado negativo en Sevilla le podría costar el cargo y que viene ordenando una defensa de cinco hombres y doble pivote por delante desde las primeras jornadas. Tampoco habría que olvidar lo que supone en Málaga enfrentarse al Sevilla FC, sin lugar a duda alguna el partido de máxima rivalidad para ellos. Vuelven los sábados a las diez de la noche, con La Sexta como testigo, no olviden el paraguas en esta ocasión. Avisados quedan.