Ni las lesiones en masa, ni la falta de delanteros natos, ni siquiera los propios rivales están siendo capaces de doblegar al Sevilla más sólido y serio de los últimos tiempos. Cada vez hay que remontarse más en el calendario para recordar un gol celebrado por un equipo que se enfrentase al Sevilla FC, aún más memoria hay que hacer para rememorar vagamente la última derrota de los sevillanos. Tan sólo hay mencionar que Manolo Jiménez alcanzó hace bien poco el record de partidos consecutivos sin perder y que es ahora el meta Andrés Palop el que logra el mayor número de partidos y minutos con su portería a cero.

Por fin parece que se amolda el equipo al tipo de juego que quería entrenador. Lejos de plantear un intercambio de golpes espectacular como lo hacía el anterior preparador, el éxito del actual Sevilla se construye desde atrás. La solvencia defensiva dista enormemente de la mostrada la pasada campaña, lo que hace que, manteniendo tu puerta a cero, lo más probable es que los talentos dispuestos en el ataque terminen por aprovechar una de las ocasiones con las que sin duda contarán. Es decir, los goles que el año pasado se desaprovechaban para ganar partidos, este año sirven para sumar de tres en tres.

Ahora comienza un demoledor carrusel de enfrentamientos en distintas competiciones que no cesará hasta navidad y en el que se cuenta con que la enfermería empiece a descargarse de efectivos, sobre todo en cuanto a delanteros. Es aquí cuando de verdad se comprobará si este equipo tiene el poderío para luchar por todas las competiciones, mientras tanto lo mejor es ir metiendo puntos en el zurrón.