El pasado viernes 25 de Agosto sucedió esto:
Antes había pasado esto:
Esto:
Y esto otro:
¡¡¡Que grande es este Club!!!
Y esta es su gente, la gente de su ciudad. Como no podía ser de otra manera Sevilla es Sevilla, Sevilla es del Sevilla.
Yo viví este nuevo título europeo en Matalascañas. Después del partido fue increíble. Salí en el coche con unos vecinos a celebrarlo, pitando y agitando nuestras bufandas y banderas. Había un montón de gente haciendo lo mismo que nosotros, hasta la 1:30 de la mañana me pegué dando vueltas con el coche por ahí. Un montón de gente salió a la calle, en todas las esquinas había sevillistas chillando y contando cuando pasabamos pitando con el coche. Fue muy bonito, ver que lejos de Sevilla, había tantos sevillistas.
En el trabajo eran todos béticos, menos mi novia y yo. Me lo pasé en grande al día siguiente. Fuí a trabajar con la camiseta conmemorativa de la final de la UEFA pasada, la que también ganamos por cierto. Mi sonrisa contrastaba con las caras largas de todos los "desgraciaitos" que los días antes me dieron tanto la brasa con eso de que al Barcelona no le ganabamos ni de coña.
Ay... pobrecillos... Os podeís imaginar quien rió el último.
Y esta es su gente, la gente de su ciudad. Como no podía ser de otra manera Sevilla es Sevilla, Sevilla es del Sevilla.
Yo viví este nuevo título europeo en Matalascañas. Después del partido fue increíble. Salí en el coche con unos vecinos a celebrarlo, pitando y agitando nuestras bufandas y banderas. Había un montón de gente haciendo lo mismo que nosotros, hasta la 1:30 de la mañana me pegué dando vueltas con el coche por ahí. Un montón de gente salió a la calle, en todas las esquinas había sevillistas chillando y contando cuando pasabamos pitando con el coche. Fue muy bonito, ver que lejos de Sevilla, había tantos sevillistas.
En el trabajo eran todos béticos, menos mi novia y yo. Me lo pasé en grande al día siguiente. Fuí a trabajar con la camiseta conmemorativa de la final de la UEFA pasada, la que también ganamos por cierto. Mi sonrisa contrastaba con las caras largas de todos los "desgraciaitos" que los días antes me dieron tanto la brasa con eso de que al Barcelona no le ganabamos ni de coña.
Ay... pobrecillos... Os podeís imaginar quien rió el último.
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