La falta de ambición privó al Sevilla de traerse un excepcional resultado en su visita al Luzhniki Stadium moscovita. El cómodo y lento partido que plantearon los rusos, provocaba esa antipatía tan característica en el equipo de Jiménez, algo que terminaba arrojando al traste las sensacionales bases puestas para afrontar el partido de vuelta. Aún así el empate a uno no es a priori una mala renta, pero mal hará el equipo en confiarse, más si cabe teniendo en cuenta los precedentes como local. Un partido que volvía a servir para reafirmar realidad nada nueva, Romaric no posee el nivel mínimo para competir en el Sevilla FC. Menos todavía en la máxima competición por clubes del mundo.

Sabor agridulce en definitiva, una sensación que acompaña abundantemente a este equipo en los últimos tiempos. Por fin Negredo se estrenaba como goleador en Champions League, después de recibir un fenomenal pase de Pablo Hernández... digo de Navas. Precisamente el canterano es noticia para la maquinaria mediática madrileña, o lo que es lo mismo, madridista. No debe sorprender a nadie este tipo de maniobras malintencionadas y poco decentes, como todos saben el partido ante el Real Madrid está cercano en el calendario, lo que es más deprimente es que los medios locales caigan en ese juego.

Otro apunte, el último. Comentar el pellizco que produce contemplar como el propio entrenador de tu club, un sevillista de cuna, desconoce que si el Sevilla finalmente consigue apear al CSKA y alcanza los cuartos de final, esta no será la primera vez en la historia del club que eso sucede. Craso error.