Falta menos de una semana para el histórico partido del martes y ya empiezan los primeros "apretones" en los aledaños del Ramón Sánchez-Pizjuán, todo sea por conseguir una entrada. Pero primero el Sevilla tendrá que rendir visita a uno de los tres últimos clasificados de la Primera División Española.

A pesar de la posición que ocupa el Deportivo en la tabla, Riazor nunca ha sido una plaza fácil para los sevillanos. Cierto es que el año pasado las visitas del Sevilla a Coruña se contaron por victorias, pero hasta la pasada campaña se encontraba en vigor una leyenda negra por la que los hispalenses no vencían allí desde hacía 50 años. Sin duda el lograr la victoria sería un paso más para las renacidas esperanzas sevillistas, que se sitúan a tan sólo dos puntos del objetivo, la Champions.

Y es precisamente eso lo que vamos a analizar brevemente, los puntos necesarios para alcanzar la clasificación para la máxima competición europea. Tomando como referencia las tres últimas campañas, podemos apreciar como para alcanzar la cuarta plaza al final de liga los puntos necesarios siempre han estado en una horquilla entre los 60 y 68 puntos, algunas veces más y otras menos. El Sevilla tiene ahora mismo 39 puntos, por lo que para cumplir la regla citada, le harían falta aproximadamente veintitantos puntos.

Aquí vemos las clasificaciones finales a la jornada 38 de los tres pasados años. La singularidad viene en la temporada 2005/2006, cuando el Sevilla se queda fuera habiendo obtenido una cifra de 68 puntos, algo completamente inusual ya que con esa cantidad de puntos es prácticamente imposible no alcanzar la zona Champions. De hecho el equipo que entró por delante de los de Nervión lo hizo con el mismo número de puntos. La anterior campaña 04/05, el límite estuvo en 62, algo más bajo de lo normal.

De esto se extrae que el Sevilla está a unas nueve vitorias de conseguir el objetivo marcado. Con esas nueve victorias en trece partidos los de Jiménez sumarían un total de 66 puntos, algo que tal y como está el campeonato, parece suficiente para disputar la temporada próxima la Copa de Europa. A esto hay que sumar que a los hispalenses todavía les queda por jugar contra casi todos los rivales de arriba excepto con el Barcelona, de todos ellos la mayoría en el Sánchez-Pizjuán.

Nadie dice que sea fácil, pero con la moral por las nubes y el equipo lanzado como una bala lo que nunca se puede perder es la ilusión ante el calendario que resta por cumplir.